martes, 21 de junio de 2011

mensaje de voz numero :4

Me han dicho muchísimas veces aquello de "no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes". Bueno, hasta hace unos meses no había caído en la cuenta de la cantidad de razón que tiene esa frase.
Iba buscando una felicidad que no llega muy a menudo, sin darme cuenta de que podía estar mucho peor. Y ya no hay vuelta atrás.
A veces, pierdes lo que más quieres por una tontería, y, debido al maldito orgullo, no eres capáz de arreglarlo, aunque sepas que es muy fácil. Estás solo a un paso de ser un poquito más feliz. Pero no.
Las personas estamos echas para ser infelices, creemos que podemos aspirar siempre a algo mejor, sin ver todo lo que tenemos. Y, manda huevos. Es cuando lo estropeas todo cuando te das cuenta.
Personalmente, nunca se me dió bien pedir perdón. Ni pedir permiso. Ni pedir ayuda. Todo lo que es pedir, me lo exijo a mí misma. Pero ahora sé que no puedo. Te necesito.
Todo esto es una gilipollez.Una maldita gilipollez. En realidad solo escribo esto para sentirme mejor, para reconocer todo lo que hago mal, todo lo que no puedo reconocer delante tuyo.
Mira, te echo de menos. Supongo que pensarás que así es mejor, pero, ¿para quien?

No hay comentarios:

Publicar un comentario